El disparate. Tomar a la traidora palabra a la letra.
*** Marzo 2020 *** Piso radiante. Primero rojizo, luego madera. Un paso, dos pasos, tres. Murmura la revista encendida en la tv. La sala llena aunque mis oídos reciben un paisaje vacío: el silencio. Se huele paciencia y respeto. Cruzar lo horizontal de la línea, lo que llamamos marco , con serias razones para serlo. Paso a otra escena: un palier. Me encandila lo blanco que resulta este limbo, una sala intermedia entre la sala de espera y lo que –al menos por hoy - oficiará para mí de consultorio. Puerta, puerta, puerta, puerta. Ocupado, ocupado, ocupado, libre. Listo. Entro. Cables, máquinas, camillas, equipos. Temo haberme equivocado de lugar. No me inhibo. Busco una silla: busco dos. Armo un como si. Una escena. “No importa el lugar, lo importante es este entre”, pensé, casi señalando mentalmente el nuevo espacio creado: dos sillas enfrentadas. Ya había oído sobre F: una paciente de 26 años que llegaría a esta nueva escena hablada por otres. En principio, derivada ...